The Vortex Jazz Club

[LIBRE]
Sábado
9:00 pm

Decidimos presentarnos como "Richard Archer & Friends" a lo cuál me había rehusado en un principio. La presión por asegurar en el Vórtex una buena entrada se empezó a volver ridícula y me sentí como si tuviera veinte años y estuviera tocando en agujeros funky por veinte dólares y las cervezas que pudiera beber. Era un problema no tener nombre como tal y a riesgo de sonar a que éramos un proyecto permanente, nadie se quería comprometer con algo, nos parecía riesgoso utilizar directamente "Quartet" y era demasiado precipitado inventar algo, siendo que no sabíamos a dónde iría todo eso.

A decir verdad, me gustaba un poco la indeterminación de esa presentación. Yo estaba trabajando en un álbum solo y a eso dedicaba gran parte de mi tiempo, pero me había encontrado haciendo un montón de otras cosas que estaban resultando más fructíferas que esas grabaciones resacosas demasiado pensadas de mis composiciones. Aún me negaba a aceptar que esos experimentos sin compromiso y nombre, en efecto, parecían tener mucho más futuro.

Estábamos funcionando como trío, un contrabajo, una batería y el sax. Habíamos hecho unas cuantas variaciones de temas originales, versiones de lo que nos daba la gana, seguíamos una especie de capricho minimalista. Giré mi cuello antes de salir al escenario, o subir, por que no había realmente un backstage ni nada por el estilo, lo que me remitía a los viejos tiempos y me llenaba de nostalgia. Los cincuenta centímetros de escenario me recordaban que estaba volviendo a los básicos.

-Abriremos con "Jeannine" y seguimos igual, como en el último ensayo. le dije a Gibbs, mi contrabajista, que apuraba un vaso de whisky solo.

Por un instante dudé y pensé en decir algo, pero lo dejaría para después de la primera pieza. Teníamos muy claro con qué queríamos abrir, algo con agallas. Empezaba el contrabajo frenético, unas percusiones discretas. Ya estaba. Después de casi un año volvía a tocar en vivo, frente a un público que no tenía ninguna garantía sobre nosotros, un público al que había que convencer... como antes.

¿Por qué había accedido a ir a ese concierto de jazz que no le interesaba en lo más mínimo? Bueno, básicamente por que su relación con Pearl se basaba en una serie de cooperaciones mayores que compensaban una y otra cosa. Ella iba a sus conciertos, Pearl la acompañaba a esos clubs ruidosos de Mayfair hasta con tapones en los oídos. No tenía la menor idea sobre un trío de saxofón y mientras tuviera alcohol a la mano todo se hacía soportable, además en Dalston había mucho qué hacer aunque nada fuera como las cosas a las que estaba acostumbrada y más bien se vieran un montón de hipsters con media cabeza rapada esperando a ser descubiertos como the next big thing.

Además, iba acompañada del futbolista y seguía intentando hacer de ese asunto algo prometedor sin ser obvia. Estaba a punto de entrar en las grandes ligas al fin, y la desesperación sería el peor pecado a cometer en ese momento. En la barra había pedido un vodka tonic y después escuchado cómo empezaba la banda a tocar, frunciendo el ceño al no entender de qué iba todo eso ¿Y qué nadie iba a cantar?

Ok, aceptaba que el tipo era guapo a pesar de que gesticulaba demasiado al tocar su instrumento, y la verdad no tenía la menor idea de que Pearl se preguntara acaso dónde estaba Butcher después de lo que habían indagado con sólo poner su nombre en google. Después de enterarse que el tipo había estado en la cárcel, Pearl se había puesto paranoica pensando que había estado a nada de haber sido sodomizada y asesinada por el tipo. Si ella misma no se había fijado en él la noche de la cena era sólo por que no estaba en Premier como el Islandés, así que bien pudo haber sido ella la afortunada en acostarse con un ex presidiario, y lo hubiera encontrado muy chic.

-¿Por qué nos trajiste a esto, eh? En tu música todo es estar sentado y en silencio... aquí al menos se puede beber. Deberías intentar hacer locuras como estas, parece que ni siquiera saben tocar, pero mira, nos podemos embriagar como mínimo

Hbalaba demasiado como cuando sentía de antemano que iba a aburrirse. Además en ese lugar no parecía llamar la atención de mucha gente sólo por estar con un futbolista ídolo de las masas ¿Es que esa gente vivía en otro mundo o qué? Le pegó un largo trago a su vodka antes de mirar de nuevo al escenario sin entender por qué alguien querría escuchar cosas como esa.

Kristján había aceptado ir ahí porque Victoria le gustaba, punto final. No había que darle más vueltas al asunto porque de haber sido otra quien se lo pidiera, o algún colega cualquiera, jamás habría aceptado ir a un concierto de jazz, que no sonaba para nada a la experiencia de su vida. Ni siquiera había estado tan seguro hasta ese momento de que el interés de Victoria fuera de tiempo prolongado aunque él la había llamado un par de veces, pero que lo invitara a esa cosa era algo positivo, a ella tampoco se le veía cómoda con eso así que eso significaba que su presencia se lo hacía más soportable. No se iba a dar el lujo de no interpretarlo como buena señal.

Por supuesto lo que al islandés le tocaba esa noche era tener su atención completa y pagar las bebidas de las dos hasta que se emborracharan como esa noche en su departamento. Y portarse a la altura, lo que quiera que eso significara. La verdad era que Victoria le era mucho más difícil de leer que la mayoría de las chicas, pero estaba por la labor, era muy guapa y le gustaba su aire raro que mezclaba una cuidada sofisticación y una igualmente cuidada soltura. Eso o la estaba leyendo de más y además, mal.

Miró a su alrededor, y ni una sola persona pareció reconocer quién era, algo que ya no solía pasarle muy seguido. Tampoco había tan poca iluminación como para que no le vieran la cara. Se quejaba del acoso de los fotógrafos, pero el acoso de los fans era otra cosa y ahí no había ni pizca de ellos. Tal vez más tarde, cuando no estuvieran tan enfocados en la banda cuya música no le gustó desde el primer momento.

-¿Cómo dices que se llaman? ¿Richard Archer and friends?-Intentó no soltar una risotada mientras veía un flyer con un croquis, como si alguien lo hubiera usado para llegar ahí y luego lo hubiera dejado olvidado. Dejó el papel por ahí y se bebió la mitad del vodka que había pedido. -¿Dura mucho el concierto? –O lo que fuera que eso fuera. También pensaba que al menos podía beber y no se dio cuenta de que se estaba comportando como niño impaciente desde el primer minuto, seguro Pearl iba a odiarlo, pero ya podía traer a Butcher para calmarla o algo. Había pasado el brazo alrededor de la silla de Victoria, como marcando territorio, por si las dudas.