47 Frith Street

por **Richard Archer** Dom Mar 10, 2013 1:41 am

No entendí exactamente por qué había accedido a ir ahí esa noche, sabiendo que el cartel no resultaba ser lo más prometedor. En el mundo del jazz que casi tocaba el pop había ciertas cosas que sólo te podías permitir de ya haber vendido muchos discos, como Jamie Cullum o Harry Connick Jr. De otro modo, esos trucos en un desconocido resultaban bastante grotescos. Me moría de ganas por que el tipo en el escenario cantando como si tuviera el privilegio de decirse jazzista por hacer covers con un par de movimientos robados del bebop más clásico dejara de torturarme pero siempre había sido partidario de ser un gran conocedor de la basura que iba a criticar.

Lo del Vortex había ido bien, habíamos tenido buenas críticas e incluso preguntas continuas sobre material grabado. Después de las fotografías que nos había tomado Andrew, al fin nos tomamos ese trío con un poco más de seriedad y nos planteamos la idea de llevar al estudio lo que había tenido mejores resultados.

De entre el grupo de conocidos con el que había ido al famoso Ronnie Scott's Jazz Club estaban un par de homosexuales que me caían bastante bien y vestían a una banda de revival swing en New York (por eso los conocía) con su marca de trajes, una pareja heterosexual, también de jazzistas, un eterno adolescente y una chica casada a la que no me hubiera importado tirarme, motivo por el cuál quizás eventualmente me alejé un poco del grupo, dado a que sabía de mi poco recato y lo inconveniente que sería el adulterio en una ciudad a donde acababa de llegar, y huyendo del escándalo, hasta cierto punto.

Me entretuve en la barra dando un sorbo a mi whisky recién servido demorando el momento de regresar a la mesa comunal, mirando con escepticismo al del escenario y echando también un vistazo alrededor con la esperanza de encontrar un pretexto mejor para alejarme de las tentaciones momentáneas.

por **Pearl Burroughs** Dom Mar 10, 2013 3:24 am

Eso de dejarse jalar por sus amigos de la sinfónica a ciertos lugares no estaba resultando tan bien. Siempre había pensado que todos tenían un gusto musical particular, agradable, pero resultaba que no, y que a veces en esas excursiones se llevaba unos chascos terribles que la hacían aburrirse a muerte, como en esa ocasión. Otra parte mala para ella era la plática, que en esa ocasión iba de mal en peor cuando su ex novio salía a relucir en las buenas nuevas de estar saliendo con una clarinetista (de su edad, por cierto). Una de sus amigas había hecho lo posible por evitar la plática pero ella ya estaba incómoda de todos modos.

La peor parte era que no había logrado convencer a Vicky de ir, porque había tenido ya suficiente de esas cosas últimamente y Violet tenía un compromiso laboral ineludible. O sea que la habían abandonado a su suerte, aunque al final ella había decidido ir de todos modos. Aguantó estoica la conversación, y también la música, hasta que decidió excusarse con el pretexto de ir al baño, cosa que sí hizo aunque nada más fue para hacerse idiota ahí adentro un rato. Antes de regresar definitivamente hizo un alto en la barra con la esperanza de que al volver a sentarse con ellos ya hubieran cambiando el tema de conversación aunque fuera por delicadeza.

Pidió un vodka tonic con el tono más amable que pudo, tratando de que el mundo no se diera cuenta de que, de nuevo, esa no era su noche, pero que ahora no había futbolistas ex convictos para salvarla del suicidio. Decidió dar un par de sorbos ahí, dejando todavía más claras que sus intenciones de volver con su gente eran lo último en su lista.

-Hey, ¿no eres tú el que tocó en el Vortex? ¿el sax? ¿Richard Archer and friends?

El tipo del whisky que estaba a su lado, tenía que ser él, imposible no reconocerlo.

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