Inspi(RED); cena de gala

-Sí sí, exacto, 23 años de amor a una camiseta no se pueden cambiar tan fácilmente-Si había dejado de beber era para mantener ahí todo tranquilo y seguir después, si llegaba a ganarle esos tragos a Butcher, cosa que le parecía difícil pero ni imposible.

Sentía algo de responsabilidad con el asunto de la obvia incomodidad de Pearl y la tensión que se sentía con Violet por culpa de Crawford, pero no creía que fuer a ayudar diciéndole en voz alta algo como “hey tranquilo” así que solo le lanzó una significativa mirada al boxeador y le dio un apretoncito en el brazo a Violet, que era mejor disimulando en un escenario (o eso pensaba, nunca la había visto actuar) que disimulando ahí que el tipo no le caía bien.

Se le quedó mirando a James mientras se levantaba, algo sorprendido aunque sin pensar nada extraño. También le lanzó una miradita de que se ahorrara sus carcajadas, porque no iba a salir perdiendo de ahí, si podía. Volvió a dirigirse a Victoria.

-Fue un error de lenguaje, perdóname, soy islandés. Invitaciones a los partidos garantizadas, aunque te lleguen dobles porque Violet también te las manda, ¿ya está bien dicho así? Aunque menciones a Henry y esas cosas.-Cuando comenzaba a hablar demasiado era porque sentía que se le iba el alma, porque estaba nervioso, así que no era precisamente una virtud o un signo de estar en confianza, sino todo lo contrario, aunque si la compañía hubiera sido desastrosa, habría estado con la boca cerrada con candado.

-¿Qué van a hacer saliendo de aquí?-Le preguntó a Violet para que no tuviera que seguir forzando su conversación si no quería, aunque seguramente la chica ya estaba completamente arrepentida de haber extendido su invitación a la mesa y menos tendría ganas de seguirlos acompañando a donde fuera.

Si seguía sonriendo era por que quería decir ya lo que pensaba reservar para cuando Pearl regresara de fumar: que no contaba nada si ella no estaba de testigo y su estrategia no iba a servirle de nada. La siguió con la mirada antes de reírse un poco con la pregunta de Violet hacia Crawford, ya todo convirtiéndose en una guerra pasivo-agresiva de ver quién era ahí el que se iba a quedar con la última palabra. Definitivamente recordó las veces en las que a ella le intentaban atizar con que era conocida por sus borracheras y respondía con un "¿Y sabes qué he oído de ti? Nada". Se había robado la frase de una película, ella no era tan ingeniosa.

-Vi, se amable

Se lo decía en un tono que no tenía nada que ver con un regaño, más bien remedándola con el discretísimo regaño que le había soltado antes a Pearl. Todas ahí eran suficientemente decentes como para que no hubiera ningún disgusto declarado en medio de una cena donde todo el mundo estaba en la mira. Miró al islandés dejándole claro que no le creía nada con su supuesto error de lenguaje por que era islandés. Claro que iba a hacerlo sudar un poco, ella quería entrar en las grandes ligas pero no era ninguna cazadora de fama como había tantas que al final sólo terminaban acostándose con los nombres importantes de la Premier, y ese no era el plan, o ya lo hubiera logrado con el hermano de Violet (creía). Miró varios segundos al islandés y negó con la cabeza.

-Ay lo siento, ya te había dicho que iré cuando queden en puesto de Champions. Le dijo a Violet y después guardó su teléfono en la pequeña bolsa de noche que había elegido con un tono similar en parte al de su vestido. Oficialmente había que hacer algo respecto a esa situación. -Desperdiciaste tu segunda oportunidad, islandés. Nos vamos ¿Verdad, Vi? esto es aburrido de muerte.

Pasó una mano por su cabello y tuvo que abrir de nuevo el bolso para sacar la ficha del guardarropa. Parecía ser completamente grosera a comparación de como se había mostrado, levantándose del asiento y todo, aunque antes de irse definitivamente se volvió, tomándose su tiempo para mirar a ambos. -¿Qué, no piensan venir?

Tanto la había molestado que ya hasta se le notaba en la puta cara. Se lo merecía, joder es decir… ¿saben a qué me refiero?, la maldita era esa clase de personas que ni siquiera dan una oportunidad para ver qué clase de sujeto eres, no les interesa cruzar un par de palabras y descubrir qué cojones tienes adentro además de la facha, es decir posiblemente no se equivoca pero… el hecho de que sienta que sabe que no se equivoca desde el momento en el que te le cruces en frente, esa forma de mirarte de pies a cabeza, esos putos gestos. Díganme si yo soy el que estoy mal, de verdad díganmelo!... pero yo creo que la putilla se merecía como mínimo un par de bochornos inofensivos.

Choqué la copa con la otra chica, la tal Victoria, que de hecho a pesar de ser tan estirada como las otras dos, tenía cierto aire un tanto más natural, probablemente porque no era de la alta sociedad londinense… o algo así. Dejé que me toqueteara los brazos y hasta hice solo un poco de fuerza para que sintiera la magritud (¿?) de mis brazos, que lo que sea de cada quien los tenía en bastante buena forma.

-¿Tú crees, encanto?, sucede que soy bastante alto y además tengo huesos pesados, la verdad es que me cuesta bastante trabajo llegar al peso… en mi pelea anterior…-

Idiota de mí que estuve a punto de contarle algunas cosas respecto al peso, pero para mi suerte la chica parecía no haberme escuchado y se acercó a su amiga Pearl para decirle alguna mierda al oído. Me quede callado y alcé la copa hacia el islandés nada más porque no me quedo de otra. Por su parte, la chica Violet lanzó cierta pregunta que secretamente era considerado como un golpe bajo par como andaban las cosas en mi carrera. Cierto, nadie me conocía, apenas unas cuantas localidades cercanas a donde yo vivía y más allá nada; un par de notas en las columnas de deportes hace algunos años me había dado algo de nombre, pero hasta la fecha seguía siendo un puto don nadie, culpa de Preston si me lo preguntan.

-Bueno linda, el box no es precisamente el deporte más popular del Reino Unido, para eso tenemos a este par de estrellas que salen en los diarios todos los días. No, en el box solo eres “alguien” si ya tienes un cinturón que no sea un puto campeonato juvenil. Pero tranquila, ya será pronto. -

Claro que había notado el tono con el que la chica había preguntado aquello, pero igual yo me lo merecía por andar de boca floja con la que menos me había molestado en un principio. Como fuera, el interés se me fue del alma cuando la tal Pearl decidió que ya tenía suficiente del pesado boxeador y se levantó pidiéndole a Butcher que la acompañara afuera a fumar. Por mí que se fuera a la mierda, y si no me la cruzaba delante nunca más en la vida mucho mejor, por muy buen culo que tuviera la desgraciada.

-Si me disculpan chicas, las dejo con el delantero estrella de la premier; tengo que buscar al hijo de puta que me llevará a la cima-

De camino a la salida no había notado, en ningún momento, las ganas que a Pearl le daban de evadir a cuanta gente se encontrara en los corredores. Aún si su mirada hubiera sido más curiosa como para notarlo, no se hubiera mostrado sorprendido. No sabía gran cosa de ella (nada, mejor dicho) pero seguramente la pianista no se querría dejar ver con cualquier tipejo. Nunca antes había conocido a una pianista, los teclados en una banda de pub seguramente no tenían nada que ver con lo que a ella se dedicaba.

Seguía mirando a los autos pasar, ocasionalmente mirándola de reojo mientras se ponía el cigarrillo entre los labios. No tenía que insistir mucho con que estaba de malas, tal vez ni siquiera tendría que ver con su presencia y la del islandés o la de Crawford, tal vez se estaban dando demasiada importancia. Después de todo, había preferido salir de ahí haciéndose acompañar por él y no simplemente largándose. La tal Vicky le parecía una potencial WAG, y no creía que su acercamiento casual a Sveinsson fuese sólo eso, casual, pero no se iba a poner a exteriorizar sus suspicacias de abuela. Como bien le había dicho al islandés, más valía que se dejara ver con mujeres antes de que la prensa tuviera la falta de ingenio de tomarlos por homosexuales.

Lo último que había pensado era que se lanzaría a besarlo. Notó al instante el aroma de su cabello y de su perfume, que no se había confundido con el humo del tabaco por que ni siquiera lo había encendido y sólo se limitó a corresponder en fracciones de segundo aunque lo tomaba por sorpresa, tan por sorpresa que a pesar de no haberse quedado con la boca cerrada como un idiota apenas si había podido reaccionar.

Levantó las cejas después de su explicación que le sonaba, curiosamente, a lo contrario. A que ella hacía lo que le daba la gana con un tipo sin tener que dar explicaciones, o dando una completamente rara para dejarlo en claro. Pues sí, la chica era mona, nadie en su sano juicio se enojaría con esa niña bonita lanzándose a besar sin aviso ni permiso, pero parecía estar demasiado segura de sí misma, y esa clase de mujeres siempre le provocaban un algo parecido a lo que sentía cuando quería retar a alguien, aunque excento de violencia.

Se puso frente a ella y le quitó el cigarrillo de los labios, lo que a cualquiera le podría parecer quizás demasiado agresivo, aunque no lo hacía con brusquedad. La besó como le hubiera gustado hacerlo y no como a duras penas había podido reaccionar, sintiendo el sabor nicotinado de sus labios sin encontrarlo molesto, metiendo la lengua en su boca y atrapando un poco sus labios con los suyos antes de separarse de ella de nuevo. No sonreía, tenía la misma expresión de siempre, esa que parecía siemrpe estar a la defensiva.

"Te lo puedo quitar por completo. El mal humor" dijo aún cerca de ella, aunque desvió su mirada hacia adentro del hotel "Creo que vi a tus amigas pasar por el lobby, pianista."